lunes, 7 de diciembre de 2020

El metodo cientifico

Buenos días, buenas tardes y buenas noches!

Hoy me apetece hablaros del método científico porque me he encontrado con 2 artículos científicos que han dado mucho que hablar en los medios de comunicación, y entre mis amistades y por redes sociales, y claro, me han preguntado por ellos. Evidentemente, ambos tienen su interés porque tratan sobre el COVID-19, pero lo que me ha llamado mucho la atención es cómo han planteado la investigación uno y otro, el método que han seguido en cada caso para plantear su hipótesis de trabajo, puesto que uno sigue el método científico y el otro es puramente empírico. Mi primera impresión, más subjetiva, es descartar el segundo, aunque lo cierto es solo que no me gusta a mí, a lo largo de la redacción de este post he tenido ocasión de apreciar el potencial de lo que pueden aportar uno y otro, pero me lo voy a reservar, porque ahora mismo sólo quiero mostraros dos formas de abordar la búsqueda de respuestas en el mundo científico. Y por eso quería ilustrar esta entrada sobre el método científico con estas dos noticias.

 

Introducción - Disclaimer

Los científicos NO LO SABEMOS TODO, no estamos en posesión de la verdad suprema. No ha bajado Dios del cielo para hacernos entrega de unas tablas de piedra grabadas con el conocimiento omnisciente del Todopoderoso, aunque a veces parezca que sí por la forma en que nos preguntan y damos respuestas, muchas veces categóricas, con mucha autoridad.

Por eso, quería dedicar esta entrada al "Método científico".

Los científicos NO LO SABEMOS TODO (lo repito por si no ha quedado claro). Pero, tenemos un método para descubrir ese conocimiento.

Cuando alguien tiene una duda, acude a un científico, que por lo general ha estudiado o leído mucho sobre un tema y SABE MUCHO, pero entonces ese científico (yo soy una de muchos), cometemos un error, que es dar la respuesta sin más, pero sin explicar cómo hemos llegado a ese conocimiento y la gente se piensa que todo está escrito, y que todo es sabido de antemano (porque si no lo sabes tú, alguien más lo sabrá), y ahora me doy cuenta de ese error, porque no es porque SABEMOS MUCHO, sino porque sabemos cómo buscar respuestas aplicando el método científico, y yo quiero que vosotros aprendáis un poquito cómo funciona ese método, porque pienso que es muy útil en la vida diaria, no solo en el laboratorio.

 

Un poco de historia de la filosofía

Aristóteles, siendo heredero de Platón y éste, a su vez, de Sócrates, aplicó el pensamiento de "causalidad" a la biología, partiendo de "conocimientos verdaderos" o "axiomas" y mediante deducción lógica o racional, llegaba a conclusiones que también tendrían que ser ciertas. Aquí se asientan las bases del razonamiento lógico o "racionalismo" de Descartes. En ambos casos, Aristóteles y Descartes, comparten que su método es deductivo, comienza con la intuición clara y distinta de esencias o naturalezas simples, a partir de las cuales pueda luego deducirse teoremas o corolarios complicados. Aristóteles definía cuatro causas: la razón material (materia de la que está compuesta una cosa), la razón eficiente o motriz (fuente de movimiento, descendencia o cambio), la razón formal (la especie, el tipo o la clase) y la razón final (propósito o pleno desarrollo de un individuo, o la función organizada de una construcción o de un invento). De este modo pues, un león joven está formado de tejidos y órganos, lo que constituiría la razón material; la razón motriz o eficiente serían sus padres, que lo desarrollaron; la razón formal es su especie (león); la razón final es su impulso innato por transformarse en un ejemplar maduro de su especie. (Ejemplo sacado de: Escuelapedia.com). Descartes ahonda en el principio de la duda metódica para evitar el error y asegurarse de que su conocimiento no sólo es verdadero sino que es indubitativo (a prueba de toda duda). 

Pirrón, filósofo griego "no afirmaba nada, sólo opinaba", gran viajero junto al ejército de Alejandro Magno, conoció tantos países y culturas que llegó a la conclusión que no se podía conocer la verdad objetiva, sino las verdades subjetivas, de modo que podía afirmar que "sentía frío", pero no que "hacía frío". El escepticismo metafísico exige evidencias objetivas y plantea la duda sistemática, lleva el deductivismo al absurdo, con lo que si la verdad se transmite por el razonamiento y no necesitamos para nada de la observación, entonces sólo podemos estar seguros, si acaso, de la realidad de nuestro pensamiento, pero no de la del mundo. Sólo podemos acceder a sensaciones subjetivas de probabilidad. Descartes luchaba contra esto, defendía que sí se podía conocer el mundo por medio de la razón, y su modelo era el matemático.

Fracis Bacon, en el siglo XVII propone un método "empírico", basado en la mera observación, sin juicio de los hechos sucedidos con el fin de enunciar una teoría. En este método se observa y se recoge la información pacientemente sin pretender anticiparse a priori a la naturaleza, ni generalizar demasiado pronto, hasta que por la misma fuerza de los hechos, una inducción progresiva va poniendo de manifesto las concomitancias de los fenómenos.

Y así, finalmente, llegamos a Immanuel Kant, quien reordena y reconcilia el racionalismo, el empirismo y el escepticismo en un método científico en el cuál se reconocen "verdades de razón", que se consiguen por juicios analíticos basados en una actividad intelectual lógica, y las "verdades de hecho", que se consigen por juicios sintéticos logrados con la observación y la experimentación. El conocimiento de la realidad evoluciona con la ayuda de las capacidad lógico-deductiva del observador, y cuestionando siempre la objetividad o subjetividad de los resultados obtenidos. Un buen científico no debería dejarse nunca llevar por su deseo de obtener los resultados que validen su hipótesis, más bien debería ser el primer escéptico en cuestionar la objetividad de sus propios resultados y conclusiones.

 

El método científico (actual).

El método científico, consiste en una serie de pasos para alcanzar el conocimiento más profundo, a partir de un conocimiento menos profundo, o incluso, a partir de la ausencia de conocimiento (generalmente nos centramos sobre un conocimiento previo).

Este método consiste en:

  1. La observación sistemática de un fenómeno, y medición de este fenómeno.

  2. Formulación, análisis o modificación de una hipótesis (plantear una posible explicación al por qué del fenómeno observado).

  3. Comprobación de la hipótesis (experimentos que nos ayuden a comprobar nuestra explicación) mediante diversas metodologías: Deducción, Inducción, Abducción y Predicción.

  4. Discusión de los resultados y conclusiones, unas veces aceptaremos la hipótesis... pero otras veces, la tendremos que rechazar o modificar, y así es cómo vamos construyendo el conocimiento.

 Las principales características de un método científico válido, como ya dije antes, llegan gracias a la incorporación del escepticismo, que busca minimizar la influencia de la subjetividad del trabajo científico para reforzar su validez y la del conocimiento obtenido: 

  • Falsabilidad, la capacidad de una teoría o hipótesis de ser sometida a pruebas que la contradigan.
  • Reproducibilidad o repetibilidad, la capacidad de un ensayo o experimento de ser reproducido por el mismo equipo de investigadores o de ser replicado por otros.

 

Vacunas reutilizadas contra el coronavirus.

Y por fin llegamos a los 2 artículos que han levantado revuelo estos días en medios de comunicación y redes sociales.

La gente ha empezado a impacientarse por la tan deseada llegada de la vacuna o la cura contra el coronavirus y se han puesto a tirar de archivo de vacunas, para ver si alguna vacuna de las que ya existen en la actualidad, pudiera ayudar para mejorar el pronóstico o la inmunidad de la población con lo que ya tenemos. 

Casi desde el principio de la pandemia se ha rumoreado sobre el efecto protector inespecífico de vacunas como la de la tuberculosis (BCG) contra las infecciones del tracto respiratorio. Ahora se conoce mejor que se debe a una serie de modificaciones del ADN (no son permanentes! sino adaptativas), favoreciendo que ciertos genes estén abiertos para una expresión rápida, lo que ahora se le llama sistema inmune entrenado inducido, generalmente se asocia con vacunas vivas atenuadas contra patógenos que no tienen por qué estar relacionados entre sí, pero como consecuencia de la activación del sistema inmune innato, generan una inmunidad inespecífica. (Esquema de funcionamiento del sistema inmune entrenado inducido)

Anticipo que no va a tener un GRAN éxito, porque si hubiera una inmunidad cruzada que aportase una protección elevada ya la hubiéramos observado, al menos, en los países del primer mundo, donde las campañas de vacunación tienen una amplia cobertura y, sin embargo, no se observa una menor expansión del virus SARS-CoV-2, lamentablemente. (Los datos de un ensayo griego hablan de un 20% de personas vacunadas con BCG infectadas por COVID-19, frente aun 30% de personas no vacunas e infectadas, es un dato favorable, pero no es la panacea... es una protección inespecífica y no tan eficaz como quisiéramos).

En fin, una de las vacunas en el candelero, y que me ha llevado a escribir este post, es la triple vírica de Sarampión, Paperas y Rubeola (en inglés measles-mumps-rubella, MMR). En un artículo afirman que se ha observado una correlación entre el título de anticuerpos IgG debido a la vacuna triple vírica en las personas y una menor gravedad de la infección por SARS-CoV-2. No es la intención de este post, ni la mía valorar la calidad del trabajo o su aportación al conocimiento científico, sino hablar del método científico y de su aplicación en este artículo.

Su objetivo, literalmente en el Abstract, es determinar si hay correlación entre una observación y otra, no estableciendo ningún tipo de argumento en cuanto a la razón por la cuál se pueda inferir causalidad entre un fenómeno y otro. Si nos desplazamos a lo largo de la introducción, resultados y discusión, la palabra "correlation" aparece como la única relación real entre ambos fenómenos. Solo al final de la discusión empieza a conjeturar sobre posibles explicaciones a esta correlación, las cuales van desde una posible homología entre algunos segmentos del SARS-CoV-2 y otros virus que pudieran dar una reactividad cruzada, o la ya comentada anteriormente, inmunidad innata entrenada inducida por vacunas vivas atenuadas (como es el caso de la triple vírica y la BCG), obviamente, sin ser capaz en ningún caso de determinar el peso de la influencia que pueda tener cada una de estas vacunas por sí misma en la inmunidad contra la COVID-19, si la hubiere.

Podríamos definir este artículo como un artículo puramente empírico en cuanto al método de razonamiento seguido, Francis Bacon estaría orgulloso de ellos.

(Después están los diarios médicos que aprovechan la noticia para meter la cuña publicitaria de una vacuna, a ver si la promocionan y sacan comisión por ello... pero eso es otra historia).

En el otro artículo del que quería hablar, sin embargo, la aproximación ha sido bien distinta, aplicando la razón y el conocimiento previo sobre inmunología, se ha buscado entre las vacunas existentes, homologías entre los epítopos que generan inmunogenicidad de una serie de vacunas autorizadas y empleadas en la población general y el SARS-CoV-2. Su objetivo, encontrar un 80% de identidad en secuencias de al menos 8 resíduos (en argot bioquímico esto son péptidos de 8 aminoácidos de longitud, que no sabemos si eso es realmente suficiente para el objetivo de lograr anticuerpos neutralizantes, pero bueno, ellos exponen su método y ya la comunidad científica determinará si objetivamente esto tiene recorrido o no). 

Y así es cómo han encontrado que la mayoría de las vacunas contra virus conocidos no presentan dianas candidatas a ofrecer inmunidad cruzada de anticuerpos, pero han visto que la vacuna DTP (Difteria-Tetanos-Pertusis) sí podía conferir cierto grado de inmunidad cruzada, y se predice una cierta respuesta por parte del sistema inmune. Y lo que es más interesante, tanto para mí, como para los autores del estudio, es que son las bacterias y sus toxinas las que más inmunidad confieren contra los virus. De este análisis que realizaron surgen varias observaciones, una que a mayor tamaño del genoma, mayor probabilidad de encontrar secuencias únicas capaces de generar anticuerpos que confieran inmunidad cruzada (las bacterias tienen un genoma más grande que los virus, los virus han reducido su información genética a la mínima esencial para su funcionamiento), y segundo, que la microbiota natural juega un papel muy importante en el entrenamiento de la inmunidad innata por mecanismos que por ahora no son bien conocidos, pero ya se ha visto que en la inmunidad contra el coronavirus tiene más peso esta inmunidad innata no específica que la inmunidad específica dependiente de los anticuerpos.

 

Ya os podéis imaginar qué artículo es el que más me ha gustado, me ha resultado más interesante de leer y me ha planteado más cuestiones... digamos, ha sido más estimulante.

Si os ha parecido interesante, os animo a comentar, compartir vuestro pensamiento a cerca del método científico, o cómo pensáis que podéis aplicarlo al día a día de vuestra vida.

También podéis hacer preguntas, e intentaré ayudaros a encontrar respuestas.

 

Un saludo!!!



lunes, 22 de junio de 2020

La titulitis

La titulitis en España.



A quien pueda interesar:

Buenos días, quería compartir con quien quiera dedicar unos minutos a leer esta reflexión que yo me hago, y que imagino que muchas personas se hacen, aunque no lo compartan en redes sociales.

¿Qué es la titulitis?


Normalmente, se define como el afán acumulador de titulos por parte de la población Española, sin embargo yo creo que esto no es correcto.

Existe un marco legislativo y normativo, que habla de competencias asociadas a los distintos niveles de formación. Sin embargo, a la hora de aplicar este marco legal, nos encontramos con un corset que dadas unas competencias requeridas, se exige el título específico asociado a esas competencias.

Pongo un ejemplo: la competencia en procesamiento de muestras humanas de tejidos está recogida en los planes de formación de ciclo formativo de grado superior en anatomía patológica, como también está recogida esta competencia en los planes formativos de Grado en Biología y Grado en Medicina, entre otros. Pero por alguna razón inexplicable, cuando se publica una oferta pública de empleo que requiera esta capacitación, se excluyen todas las formaciones distintas de Técnico de CFGS en anatomía patológica.

La justificación es meramente académica, el título. Por tanto una persona con las competencias pero sin el título, no puede optar a un puesto de trabajo.

¿Quién tiene titulitis?


Entonces podemos determinar que quien tiene titulitis son las Administraciones Públicas y algunas empresas que son quienes aplican este corset a la interpretación de las leyes y normas que rigen los planes de formación.

¿Quién padece la titulitis?


Los trabajadores son, por tanto, los que padecen de esa titulitis sin sentido. Esta titulitis es especialmente lesiva en el caso de los trabajadores cualificados, que se ven penalizados con una exigencia normativa absurda que les obliga a acumular títulos sin fin.

¿Alguien podría cuestionar que un graduado en Farmacia pudiera ejercer como Auxiliar de Farmacia? ¿Y un graduado en Medicina o Enfermería que pudiera ejercer como Auxiliar de Enfermería?

Hemos llegado a un nivel tan absurdo de titulitis en las Instituciones públicas, que hace que un Graduado en Biología pueda tener la especialidad BIR en Análisis Clínicos, pero si no tiene el Titulo de Máster en Docencia no puede dar clases en un Instituto de Formación Profesional a estudiantes de CFGS de Técnico de Laboratorio de Diagnóstico Clínico y Biomédico, y tampoco puede optar a un puesto de Técnico de Laboratorio de Analisis Clínicos si la convocatoria está destinada a un técnico de CFGS, o de FPII (su equivalente).

¿Parece ridículo? Lo es, pero mucho más ridículo es que se acuse a los trabajadores de tener titulitis, cuando son las organizaciones las que exigen títulos concretos. Mientras tanto son los trabajadores los que sufren y padecen dicha titulitis.

Los efectos socio-económicos de la titulitis.


En muchos sitios web, empresas de selección de personal y reclutadores, suelen aconsejarnos para adaptar nuestras demandas de empleo al puesto que realmente aspiramos. Y me parece un excelente consejo, si no fuera porque llevamos 12 años de crisis permanente en el mercado laboral español, y las ofertas de empleo se resienten. La situación llega hasta el punto que no hay tantas ofertas accesibles para los trabadores cualificados en el rango superior. Son númerosos los compañeros de profesión que he visto tener que meterse en un ciclo formativo para adquirir el titulo que les de acceso a un puesto de trabajo en el que, sin embargo, desempeñan las tareas y responsabilidades propias de su Licenciatura. Y algún caso añadido conozco en el que una vez finalizado su periodo de contrato en prácticas con un ciclo formativo, han tenido que hacer otro ciclo formativo para poder optar a un nuevo contrato en prácticas. La perversión y el fraude de los contratos en prácticas.

Mención especial de esa perversión y fraude en aquellas administraciones y empresas que exigen como requisito mínimo la titulación de grado formativo FP, y añaden como valorable la formación superior en esa rama. No se trata de un fomento bienintencionado de crecimiento de los profesionales que se inician en el mundo laboral teniendo un ciclo de FP y posteriormente deciden ampliar sus conocimientos y crecer adquiriendo una formación universitaria más amplia. Al contrario, no se promueven valores como la excelencia, el deseo de superación, la búsqueda de la realización profesional, valores encomiables que sí he visto en algunos casos, compañeros que he visto ascender de personal de limpieza a Técnico de Laboratorio, o de Técnico de Anatomía Patológica a Graduado en Enfermería y que para mí son personas y profesionales de la más alta calidad, un valor que las empresas y las administraciones públicas debería añadir a sus organizaciones con un sello de calidad A+++ (y me quedo corta en pluses).

En su lugar, se fomenta perfiles degradados, minusvalorados, depreciados. Perfiles que teniendo una formación superior, se ven obligados, a tenor de las necesidades económicas y personales, a desprenderse de ella, a formarse en títulos de la misma rama profesional pero de un nivel MECES inferior, con tal de poder acceder a un puesto de trabajo. Los valores aquí, no son los mencionados anteriormente, sino los valores de intentar sobrevivir, de sumisión, porque es mejor tener un trabajo minusvalorado que no tener ningún trabajo en absoluto.

Algunos alegarán que ese trabajador podría acceder a un puesto mejor, sin lugar a dudas, pero no existe ese puesto, porque las empresas y organizaciones consideran la formación adicional como un “aspecto valorable”, pero cuya única valoración se limita al criterio de selección, sin repercusión en la remuneración.

¿Cuántas ofertas hay en las que se valora el tener formación superior de la solicitada en la oferta, pero la oferta salarial sigue estancada en el requisito mínimo? El mensaje que se transmite es que puedes acumular los títulos que quieras, vas a seguir cobrando lo mismo. Y el efecto que esto provoca es la pérdida de interés y de motivación, genera un estado de indefensión y desincentivación del crecimiento profesional.


El presente y futuro de la titulitis.

Al final, los pocos que aún no nos rendimos y seguimos dispuestos a luchar por el reconocimiento y la valoración profesional, solo podemos mirar al mercado laboral español con lástima y cada vez con menor apego. Cada vez que se nos cuestiona: ¿Has pensado en irte de España? Yo puedo tener mi respuesta: Sí, lo he pensado y no quiero. Pero se me acaban los argumentos de “no quiero”, no puedo seguir repitiendo indefinidamente “no quiero irme de España”. Porque no todos los que hemos estudiado una licenciatura lo hemos hecho pensando en irnos.

El futuro competitivo de la economía española va a depender de las empresas y las personas que forman parte de ellas. No es lo mismo tener una persona formada a distintos niveles MECES si el orden de formación es de menor a mayor, o de mayor a menor. Es decir, si el entorno empresarial y económico busca la superación de logros y aspiraciónes o su devaluación constante.

Tal como sea la tendencia de los trabajadores de estas empresas y organismos, así será la tendencia evolutiva de las empresas.